Dulcinea del Toboso es la dama de quien está enamorado el protagonista Don Quijote en la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra.

Sin embargo, Dulcinea nunca aparece en la novela, dado que es una figura imaginada por Don Quijote cuyo nombre real es Aldonza Lorenzo (una labradora, quien sí existe, pero no aparece).

Siguiendo la costumbre de los cabelleros andantes, Don Quijote dice que necesita tener una dama a quien encomendarse, y ella se convierte en el motor impulsor de todas sus venturas.

En su primera salida, nuestro caballero andante y su escudero Sancho Panza se encuentran con unos mercaderes y Don Quijote les exige que proclamen que Dulcinea, Emperatriz de la Mancha, es la dama más hermosa sobre la tierra.

Los mercaderes se rehúsan a hacerlo sin haberla visto, a lo que Don Quijote responde: "La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender; donde no, conmigo sois en batalla, gente descomunal y soberbia".

Poco después de este intercambio, el caballero arremete con la lanza contra los mercaderes, pero en el intento su caballo Rocinante tropieza y los dos se caen.

En un episodio de la segunda parte, la duquesa se burla de Don Quijote y cuestiona la existencia de Dulcinea, a lo que Don Quijote dice: "Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica o no es fantástica; y estas no son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo.

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