El grillo doméstico o grillo común (Acheta domesticus) es una ensífera de la familia de los gríllidos (Gryllidae). Todas las especies de grillos tienen un cuerpo compacto con un abdomen redondeado y patas de salto traseras largas y fuertes. Las hembras de los grillos se reconocen por el ovipositor. Con este apéndice las hembras ponen los huevos en la tierra, 200-300 en el transcurso de su vida (12 semanas). Los grillos machos sexualmente maduros se reconocen por su fuerte chirrido, el cual hacen por las noches y al atardecer. Estos se originan con el frotar de las alas. Al hacerlo, el grillo golpea con una de sus alas delanteras sobre el borde estridente de la otra, generando así una vibración de las membranas.

El cuerpo del grillo doméstico es de color marrón claro con franjas oscuras, que en las larvas se condensan en una raya trasera oscura, con una banda marrón oscura entre los ojos y las antenas. Los animales adultos alcanzan una longitud de 18-23 milímetros, las hembras suelen ser un poco más grandes. Los huevos del grillo son blancos, estrechos y miden unos 2 milímetros de largo.

Los grillos se pueden encontrar en todo el mundo y les gusta estar cerca de los humanos. De hecho, el nombre "Acheta domesticus" sugiere el comportamiento y la forma de vida de los grillos: "Acheta" viene del griego y significa cantante, la palabra latina "domesticus" significa doméstico. Entre las más de 100 especies de grillos, al grillo doméstico le gusta habitar cerca de las casas.

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