Todas las mangostas están agrupadas en una misma familia (Herpestidae), que cuenta con una amplia diversidad de géneros. Sin embargo, existe un grupo que usualmente se les conoce como suricatas, el cual es un género dentro de la misma familia.

La palabra suricata pudo llegar al español como préstamo del francés “suricate”, por adaptación del nombre científico “Suricata suricatta”, acuñado en 1776 por el naturalista Johann Christian Daniel von Schreber, aunque la palabra procede en última instancia de una lengua del sur de África.

Por su morfología, suricata es un sustantivo muy peculiar dada la complejidad de clases que presenta en cuanto al género. El uso predominante es como nombre epiceno femenino acabado en -a (la suricata (hembra o macho)). Sin embargo, con menor frecuencia, también se registran usos como epiceno masculino acabado en -o (el suricato (hembra o macho)), y en algunos casos más minoritarios se registra el nombre como una flexión alterna de género (la suricata (hembra), el suricato (macho)).

Estos animales son nativos de los semidesiertos y sabanas del sur de África, viven en clanes de entre 20 y 30 individuos liderados por una hembra dominante. Erguidos, miden entre 25 y 35 cm. A pesar de su tamaño, sobreviven a las duras condiciones de su hábitat gracias a la colaboración entre miembros del clan, que se concreta en la caza en grupo y la especialización de labores. Son animales omnívoros en cuya dieta predominan los insectos y arácnidos.

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