De acuerdo a los Censos Nacionales, el italiano es el origen étnico más numeroso de los argentinos modernos, sobrepasando a la inmigración española que se había asentado durante la época colonial. Se estima que hasta 27 millones de argentinos tienen algún grado de ascendencia italiana (60% de la población total). Hay unos 700 mil ciudadanos italianos viviendo en Argentina, que es el país con el mayor número de italianos viviendo fuera de su propio territorio. Las campañas políticas en Italia incluyen proselitismo en Argentina, por la cantidad de italianos habilitados para votar.

Los italianos comenzaron a llegar a Argentina en grandes cantidades de 1857 a 1940, totalizando el 45% de toda la población inmigrante pos-colonial, más que de cualquier otro país (incluida España, con un 31,5%).

Los asentamientos italianos en Argentina, junto con los asentamientos españoles, formaron la columna vertebral de la sociedad argentina actual. Estos sobrepasaron a los argentinos provenientes del tronco poblacional colonial (mezcla de colonizadores europeos, indígenas y africanos traídos como esclavos).

La cocina, el argot, la moda y el estilo de vida argentinos han sido fuertemente influenciados por la inmigración italiana, diferenciándolos de alguna manera de la cultura de sus países vecinos. Jorge Luis Borges llegó a afirmar que «el argentino es un italiano que habla español».

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