El cedro figura como símbolo nacional del Líbano. La primera bandera libanesa surgió definitivamente en 192. Fue propuesta en 1919 al presidente Poincaré por el político Naum Moukarzel, líder del Movimiento por el Renacimiento Libanés.

El cedro, lamentablemente en la actualidad, casi ha desaparecido de las montañas libanesas, por la presión a la que fueron sometidos sus bosques desde hace milenios, por su apreciada madera. No obstante, se mantiene extendido aún por la Anatolia meridional, incluso se pueden encontrar todavía ejemplares en estado silvestre con una edad estimada de 2.000 ó 3.000 años.

Este imponente árbol es característico de las altas montañas, propio de un país tan montañoso como es el Líbano, su hábitat se sitúa entre los 1.200 y 2.000 m de altura, por tanto soporta inviernos fríos (temperaturas de hasta 30ºC bajo cero) y precipitaciones poco abundantes. Se debe plantar en lugares soleados y en terrenos que drenen y aunque sean secos, tengan agua en profundidad.

Los cedros son además coníferas de ramas largas, extendidas horizontalmente; hojas aciculares y persistentes. Piñas ovales, erectas, de escamas muy apretadas, con las semillas triangulares. Es proverbial la lentitud con que estos vigorosos árboles crecen, pues no sólo son lentos en el crecimiento del tronco, sino que tiene ralentizado todos los ciclos vitales.

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