Hattusas, la capital del Imperio hitita, estaba situada en la Anatolia central, al este de Ankara, donde todavía hoy pueden visitarse sus ruinas en las proximidades del pueblo de Bogazköy.

Con pocas y breves interrupciones, la ciudad fue capital del imperio hasta su final hacia 1200 a.C.. La exploración sistemática de las ruinas y el estudio de las tablillas de arcilla halladas han resultado determinantes para la comprensión de la historia de la región de Asia y sus intensas relaciones con Egipto y el mundo mediterráneo.

Los hititas fueron los primeros asentamientos conocidos del mundo antiguo aparecieron en Oriente Próximo durante el Neolítico. La ciudad neolítica de Çatal Höyük, en Anatolia, fue el primer asentamiento importante del mundo. Tras ella vendrían otros asentamientos en la zona de Mesopotamia, la fértil franja de tierra que se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates, en la región que hoy día se conoce como Iraq.

La gente que vivió en esas ciudades fueron inteligentes e inventivas y a ellas les debemos algunos de los más importantes descubrimientos de la humanidad: como el arado tirado por bueyes, la rueda y la escritura.

En su momento de máximo esplendor, el Imperio hitita rivalizaba con los imperios egipcio y babilónico, siendo una poderosa fuerza en Oriente Próximo durante cerca de 500 años, entre los años 1700 y 1190 a.C. aproximadamente.

El enclave de Hattusas fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1986.

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