La palabra "Druida" parece provenir de la palabra céltica "dur, derw" que significa "roble", el árbol sagrado de los druidas, que buscaban en él el muérdago sagrado. El vocablo, proviene del radical "dru" que es superlativo, y de un término emparentado con el latín "videre" y del griego "idein". Un druida es pues, uno muy vidente o muy sabio.

Los druidas constituyen una clase sacerdotal muy poderosa con una jerarquización muy estricta. En la cúspide la la jerarquía está el druida propiamente dicho. Cualquiera podía acceder a la clase druídica luego de realizar grandes estudios durante un período de veinte años.

Se sabe que entre los celtas eran una especie de casta intocable, podían hacer sacrificios, consultar a los dioses, eran los únicos que podían instruir a los nobles celtas y eran poseedores de una sabiduría natural antiquísima.

En la Galia, los druidas y el Druida Supremo se reunían anualmente en el territorio de los carnutos, en el interior del bosque más sagrado, un lugar con energía propia que los druidas supieron aprovechar. En el bosque se encontraba el roble, el árbol sagrado, bajo el cual se reunían.

Después de la conquista romana de la Galia, los druidas fueron duramente perseguidos, pues lanzaban arengas para la libertad y en contra de los romanos.

Los druidas dirigían las festividades celtas con grandes ceremonias como el Beltaine (1 de mayo) y Samhain (31 de octubre). En esta última fecha empezaba el nuevo año celta.

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