Harald III Haardrade (1015-1066) fue un rey de Noruega (1047-1066) descendiente de Harald I. Cuando sólo contaba 15 años luchó en la batalla de Stiklestad en 1030 junto con el rey Olaf II de Noruega.

Harald resultó gravemente herido en la lucha y tras recuperarse, huyó hacia los territorios del Oriente, por los que viajó durante 14 años, recorriendo y alimentando su idea de un imperio organizado.

Vagó por Rusia y en 1035 llegó a Constantinopla, donde prestó servicios en los ejércitos del Oriente y de Bizancio como miembro de la Guardia varega de la emperatriz bizantina Zoe Porfirogeneta, dejando un legado de grandes hazañas por el Mediterráneo: participó en 18 batallas, luchando contra los árabes en Anatolia y además en Sicilia bajo el mando del general Jorge Maniakes, así como en el sur de Italia y Bulgaria.

Después de numerosos contratiempos la fortuna volvió a sonreír a Harald una vez más, pues en 1047 el Rey Magnus “El Bueno” murió repentinamente y el antiguo capitán de la guardia varega se coronó rey de toda Noruega. Su reino no fue pacífico, sino al contrario; luchó contra los daneses y conquistó todas las islas que hay entre Noruega y Gran Bretaña; trató a la nobleza con mano de hierro y aniquiló a cualquiera que osase ir contra él. Por todo ello empezó a conocérsele con el sobrenombre de “Hardrada”, que quiere decir “El que rige con dureza”.

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