Esopo fue un fabulista de la Antigua Grecia. Originario de Asia menor, diversos autores sitúan en diferentes lugares su nacimiento.

Parece que, como esclavo, su vida transcurrió al servicio de un filósofo llamado Janto, quien lo habría comprado en un mercado al apreciar su agudo ingenio en pugna con otros dos esclavos. Compartió esclavitud con la cortesana Rodopis. Tras ser liberado, Esopo estuvo al servicio del rey Creso de Lidia.

Se cuenta que fue jorobado, tartamudo y de extrema fealdad y que fue acusado de haber robado un cáliz de oro del templo de Delfos. En castigo, fue arrojado a un abismo por los habitantes de Delfos.

Se le relaciona con fábulas de animales, transmitidas por tradición oral. Sus relatos se caracterizan por ser narraciones cortas y tener siempre una conclusión moralizante o "moraleja". En ellas, Esopo "humaniza" las conversaciones de los animales y plasma todos los vicios y virtudes de los hombres, con un gran talento satírico.

Muchas de sus fábulas fueron reescritas en verso por el poeta griego Babrio, se cree que en los siglos I y II a.C., y en latín por el poeta romano Fedro en el siglo I d.C.

Se le atribuyó la autoría de 400 fábulas. Considerado el "padre de todos los fabulistas", precursor de un género que luego tendría grandes exponentes, como Jean de La Fontaine, en Francia, en el siglo XVII, y Félix María Samaniego e Iriarte, en España, en el siglo XVIII. Las "Fábulas de Esopo" son adaptaciones hechas por varios autores.

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