Las polillas son insectos del orden de los lepidópteros, como las mariposas, el grupo más abundante de insectos. El nombre de lepidópteros viene de las palabras griegas "lepis" que significa "escamas" y "pteros" que significa "alas".

Presentan un torso voluminoso del cual salen las patas y alas. Debido a que las alas están recubiertas de escamas, al agarrarlas suele quedarnos una especie de polvillo entre los dedos.

Poseen un aparato bucal alargado y enrollado, en forma de lengua que utilizan para succionar líquidos.

Señalar que en los lepidópteros, la presencia de tímpano es además un carácter con valor taxonómico, muy útil para determinar el linaje del insecto. Las distintas familias pueden distinguirse por la posición y estructura de los órganos timpánicos.

Las polillas están tan bien adaptadas a captar los chillidos ultrasónicos de sus depredadores los murciélagos, que las células nerviosas de sus oídos se activan por movimientos del tímpano tan pequeños como el tamaño de un átomo.

Los órganos de los sentidos son la ventana del cerebro al mundo. Durante décadas, se ha usado a los pequeños sistemas nerviosos de los insectos para estudiar como las neuronas codifican el mundo. Las polillas tienen oídos para detectar los chillidos ultrasónicos que los murciélagos usan a modo de sonar, y el estudio del sistema auditivo de las polillas ha contribuido a ampliar el conocimiento científico sobre la ecología y la evolución de las interacciones depredador-presa.

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