Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta.

En 1749 Benjamín Franklin defendió la hipótesis de que las tormentas son un fenómeno eléctrico y propuso un método efectivo para demostrarlo. En 1753 inventó el pararrayos como prueba de su hipótesis.

El descubrimiento de la penicilina, según Fleming, ocurrió cuando estaba estudiando cultivos bacterianos en el sótano del laboratorio. Tras regresar de un mes de vacaciones, observó que muchos cultivos habían formado extraños hongos. Se trataba del Penicillium notatum. El hallazago no recibió mucha atención y Fleming, no advirtió en un inicio el potencial de la sustancia que acababa de producir.

En 1994, los científicos de Pfizer descubrieron que el sildefanilo, causaba la erección del pene en hombres que participaban en un estudio clínico de un medicamento para el corazón. En 1998, se comenzó a comercializar la droga como un tratamiento para la disfunción eréctil.

Un científico de 3M, encontró algo notablemente distinto de lo que estaba buscando cuando trataba de mejorar los adhesivos de acrilato: un adhesivo que no se pegaba con mucha fuerza. No tenía idea de qué hacer con él. Otro investigador advirtió que este podría servir para aplicar a pequeños separadores de página de fácil adhesión y posterior remoción e ideó el concepto de Post-it.

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