"El pífano" es una pintura del pintor francés Édouard Manet realizada en 1866. En la actualidad, se conserva en el Museo de Orsay, en París. Pintada al óleo mide 161 cm de altura por 97 cm de ancho.

"El pífano" es una de sus primeras obras con las que creó revuelo en el panorama artístico parisino. El autor la presentó al Salón institucional del arte francés en 1866, y fue rechazada y tachada como un cuadro que carecía de talento. Pero Edouard Manet (1832-1883) la acabó exponiendo en su propio taller, y fue admirada por los jóvenes pintores impresionistas.

Solo ellos supieron ver el valor de la pintura. Ellos y el escritor Emile Zola que dijo que Manet era un verdadero maestro del arte del mañana y animaba a invertir en él. Los vínculos entre Zola y Manet fueron muy estrechos, y el pintor lo llegó a inmortalizar en su famoso "Retrato de Zola".

De esta pintura se criticó desde su formato tan estrecho y alargado hasta su colorido, diciendo que se trataba de planos yuxtapuestos de colores lisos. Y es que Manet aplicó los colores con pocas sombras, y se basó en el uso del blanco, el rojo, el amarillo, el ultramarino y el negro.

Pero pese a tantas críticas, lo cierto es que hoy la obra es una creación clave para comprender la evolución pictórica de Manet, y también sus influencias, entre las que se cuenta la del pintor barroco español Diego de Velázquez, del cual siempre dijo maravillas y los historiadores del arte siempre buscan parecidos con el pintor sevillano.

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