Se denominan animales acuáticos a los animales que viven en el agua durante toda o la mayor parte de su vida. El término se aplica tanto a los que viven en aguas dulces como en aguas saladas.

Los delfines son animales acuáticos. Hay dos familias de animales a las que se les llama delfines, los delfines oceánicos (Delphinidae), conocidos muchas veces simplemente como «delfines», y los platanistoideos (Platanistoidea) o «delfines de río».

Los delfines oceánicos son mamíferos de una familia de cetáceos odontocetos muy heterogénea, que comprende 37 especies actuales. Miden entre 2 y 8 metros de largo, con el cuerpo fusiforme y la cabeza de gran tamaño, el hocico alargado y solo un espiráculo en la parte superior de la cabeza.

Son carnívoros estrictos y están entre las especies más inteligentes que habitan en el planeta. Se encuentran relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser humano. Como otros cetáceos, los delfines utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas; además utilizan la ecolocalización.

Por su parte, los delfines de río son una superfamilia de cetáceos odontocetos que tienen su hábitat en estuarios y cursos fluviales. Presentan largos y finos hocicos. Su vista es muy limitada (en algunas especies, inexistentes), por lo que el sentido de la ecolocalización les resulta indispensable a la hora de alimentarse y nadar. Su aleta dorsal es poco desarrollada y pueden mover el cuello.

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