Coloquialmente se usa el término “sangre fría” para describir organismos que mantienen la temperatura de sus cuerpos de manera distinta a los mamíferos y las aves. El término es ahora arcaico en el contexto científico. Se supuso inicialmente que las criaturas de sangre fría eran incapaces en absoluto de mantener la temperatura de sus cuerpos, que eran “esclavos” de su ambiente y que cualquiera que sea la temperatura del ambiente, era la misma temperatura de sus cuerpos.

Desde entonces, avances en el estudio de cómo las criaturas mantienen su temperatura interior (‘’termofisiología’’), han demostrado que muchas de las nociones preconcebidas sobre el significado de “sangre fría” y “sangre caliente” estaban lejos de la realidad. Hoy en día se sabe que los tipos de temperatura del cuerpo no son tan simples para usar sólo dos categorías. La mayor parte de las criaturas se pueden clasificar mejor con una gradación entre “sangre fría” a un extremo y “sangre caliente” al otro.

“De sangre fría” generalmente se refiere a tres áreas separadas de termorregulación: ectotermia, poiquilotermia y bradimetabolismo. Dentro del primer grupo se encuentran los cocodrilos, que entran al agua al anochecer, ya que ésta mantiene más la temperatura y se encuentra más caliente que el exterior, y cuando amanece salen con los primeros rayos de sol y se quedan quietos, con la boca abierta, para tener más superficie en contacto directo con los rayos solares.

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