La tópica y real terquedad del burro es consecuencia de su inteligencia, según los zoólogos, quienes destacan que la conducta y la capacidad de este équido son más complejas de lo que se cree. Es un animal sensible a los malos tratos a los que se lo somete con frecuencia, y de ahí su resistencia a hacer lo que su dueño quiere, por lo general alguna tarea pesada y dolorosa.

En entornos favorables, el asno o burro demuestra un entendimiento sorprendente, lo que unido a su resistencia y utilidad lo ha convertido en un compañero apreciado por el hombre desde la antigüedad.

En términos de comportamiento, los burros son animales tranquilos y pacientes, que pueden formar lazos fuertes con sus cuidadores humanos. Son animales sociales que disfrutan de la compañía de otros burros y a menudo establecen jerarquías sociales dentro de su grupo. Los burros también tienen una excelente memoria y pueden recordar personas, lugares y situaciones específicas durante largos períodos de tiempo.

El burro, asno, jumento, borrico o pollino (Equus africanus asinus)​ es un animal doméstico de la familia de los équidos. Los ancestros silvestres africanos de los burros fueron domesticados por primera vez a principios del vii milenio a. C., dos siglos antes que los caballos de Eurasia, y desde entonces han sido utilizados por el ser humano como animales de carga y como cabalgadura.

Del cruzamiento del burro con yegua sale la mula y del caballo con burra, sale el burdégano.

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