«La Última Cena» de Leonardo da Vinci, obra creada entre 1495 y 1497, es una de las pinturas más famosas del mundo. Fue elaborada para su patrón, el duque Ludovico Sforza de Milán.

No es un fresco tradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido. Mide 460 cm de alto por 880 cm de ancho. Se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente, en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.

Para la creación de la obra Leonardo realizó una investigación exhaustiva creando infinidad de bocetos preparatorios. Aquellos que le vieron trabajar afirmaban que su comportamiento era de lo más extravagante. En ocasiones comenzaba a pintar temprano y no paraba ni siquiera para comer, mientras que otros días sólo vagaba por la ciudad en busca de caras que le inspirasen o pasaba varias horas atónito, observando su creación.

Un dato curioso es que, después de tanto tiempo de dedicación a la obra, Leonardo da Vinci no cobró ni un céntimo y ni siquiera se preocupó por hacerlo.

Leonardo da Vinci (1452-1519) fue un polímata florentino del Renacimiento italiano. Fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo,​ artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Es considerado el «genio universal».

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