La civilización Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C., siendo la expresión más nítida del surgimiento de las primeras sociedades complejas y Estados en el área norcentral peruana. Contemporánea de las grandes civilizaciones del mundo antiguo como Egipto, Mesopotamia y China, Caral está considerada la civilización más antigua de América. Se desarrolló en el valle del río Supe, a unos 130 km al norte de Lima, Perú.

Esta civilización, si bien no tenía conocimientos en alfarería o maquinaría, consiguió desarrollar el intercambio comercial, la sociedad jerarquizada, las relaciones interculturales y el manejo de los ecosistemas.

Se ha revelado como una sociedad experta en astronomía, tras confirmarse que el Sol y la Luna jugaron un papel clave en la orientación de sus construcciones.

Se caracterizó por una especial dedicación al estudio del firmamento, desde uno de los observatorios astronómicos más antiguos del mundo. Así determinaron el posicionamiento de sus edificios, incluidas sus grandes pirámides truncadas, situadas casi siempre frente a plazas circulares excavadas en el suelo.

Con las mediciones tomadas en 55 edificios de una docena de centros urbanos, los resultados estadísticos arrojaron dos patrones principales, uno hacia el lunasticio mayor, que es la posición más al sur de la salida de la Luna; y otro hacia la salida del Sol en el solsticio de verano, que en estas tierras es en diciembre.

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