La iguana marina (Amblyrhynchus cristatus) es una especie de reptil escamoso de la familia Iguanidae.​ Es la única especie de su género,​ el cual se encuentra emparentado con el género de las Iguanas terrestres y más estrechamente con el género Conolophus, iguana terrestre de Galápagos. Es un especie endémica de las islas Galápagos.

Este singular animal es el único lagarto marino del mundo. La iguana marina puede sumergirse a profundidades de 25 m y permanecer dentro del agua por bastante más de 10 minutos, tras lo cual regresa a tierra para entrar en calor. A menudo se le puede ver tomar el sol encima de lava, alcanzando una temperatura corporal de unos 35,5 °C.

Disponen de una membrana entre los dedos de sus pies, aletas dorsales y una cola alargada. Esta anatomía distintiva le permite a este animal desplazarse ágilmente, nadar y recorrer el mar a grandes velocidades, aunque en tierra no son tan habilidosos y gastan una energía considerable para desplazarse. Además, estas iguanas poseen garras muy afiladas en sus extremidades, que le sirven para sortear el vaivén de la marea y salir a tierra.

Su cuerpo de color negro se encuentra cubierto de pequeñas espinas en la cabeza y a lo largo de su espalda, lo que le permite disuadir o ahuyentar a sus depredadores. Aunque esta característica le otorga un aspecto intimidante o perverso, lo cierto es que las iguanas marinas de galápagos son animales muy tímidos. Las hembras son, habitualmente, más pequeñas que los machos.

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