¿Cuál de las siguientes afirmaciones sobre la muerte de Albert Einstein es cierta?
Reconocido por la teoría de la relatividad y la fusión nuclear, Albert Einstein es uno de los personajes científicos más importantes del siglo XX. Tras su muerte, el 18 de abril de 1955, y de la cremación de su cuerpo, su cerebro fue robado por el patólogo Thomas Harvey. La recuperación del órgano del físico alemán demoró más de medio siglo.
Thomas Harvey, de 43 años, extrajo el cerebro del genio, lo pesó, y luego, sin decírselo a nadie, lo diseccionó, lo introdujo en formol y se lo llevó a escondidas en varios tarros.
El asunto salió a la luz días después, cuando Harvey confesó todo al hijo de Albert Einstein, Hans Einstein. Le explicó que, aunque aquello podía verse como un robo, era más bien parte de un experimento científico. Estaba claro que su padre había sido un hombre intelectualmente excepcional, y quizá la clave de esa excepción estaba ahí, en alguna parte de su encéfalo. Merecía la pena investigar aquello. Hans accedió a que el patólogo conservara el cerebro, bajo la promesa de que le daría un uso exclusivamente científico.
La aprobación del joven Einstein no fue suficiente para que Harvey conservase su trabajo. Al Hospital de Princeton no le gustó la idea de que uno de sus trabajadores fuese por ahí robando cerebros y le despidió en el acto.
A Harvey le costó medio siglo, su carrera y su matrimonio, pero finalmente logró cumplir la promesa que le hiciera a Hans Einstein: el cerebro de su padre fue objeto de una investigación científica.
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