Tristán de Acuña es un archipiélago británico compuesto por varias islas (la mayor, con el mismo nombre, y las deshabitadas Inaccesible y Ruiseñor) en el Atlántico Sur. Es el lugar habitado más remoto, el más alejado de cualquier otro lugar habitado, de la Tierra.

Descubierta en 1506 por el navegante portugués que le dio su nombre, Tristão da Cunha. Según la BBC, la isla tiene 133 mujeres y 112 hombres, es decir, 245 habitantes. Hay una cafetería, un salón para eventos multitudinarios, una oficina de correos y un pub. Hay un profesor y un médico que se acercan a la isla con contratos temporales desde Reino Unido, pues se trata de un territorio británico de ultramar.

El pasatiempo preferido de los isleños es hacer una barbacoa o una braai, tradicional de Sudáfrica. La tecnología también ha afectado a sus habitantes: lo normal era tocar instrumentos y cantar a diario, pero la mayoría de la gente prefiere pasar su tiempo libre frente a las pantallas.

Aunque la isla no haya sufrido la COVID-19, la pandemia también les ha afectado. Los barcos que traían los recursos y alimentos no salieron de Ciudad del Cabo. La cadena de suministro, que es frágil en el mejor de los casos, se vio gravemente afectada. No es raro que esto suceda, pero se ignora cuándo volverán a llegar los alimentos frescos.

La población ha tenido que ir tirando de la Tristan Lobster, una especie local de langosta de agua fría cuya venta y exportación supone el 70% de los ingresos de la isla.

Más información: es.wikipedia.org