El daltonismo es un defecto genético que produce dificultad para distinguir colores. Existen muchos tipos de daltonismo que afectan en diferente medida a quien los padece. Gracias a esta diferenciación genética, algunos pintores como Vincent Van Gogh y Jean von Roesgen destacan por su uso del color.

Dicen que el Greco tenía astigmatismo sin corregir, de ahí esas figuras alargadas, a veces excesivamente, a lo alto. También se dice que algunos pintores impresionistas tenían miopía, y por eso no distinguían del todo las figuras, solo manchas de luz y color, como reflejaban en sus cuadros.

Un capítulo aparte lo merecen los pintores daltónicos, esto es, los que, por cuestiones genéticas, distinguen ciertos colores de manera diferente a la mayoría de la gente. Así, la retina, en la parte de atrás del ojo, contiene sensores de luz llamados conos. Los tres tipos de conos –rojo, verde y azul- son estimulados por distintas ondas de luz. La mayoría de los daltónicos tienen también tres tipos de conos, pero los suyos son sensibles a una parte diferente del espectro lumínico. Y para algunos estudiosos, algunos de ellos podrían haber aportado auténticas innovaciones gracias a su especial percepción cromática.

Puede decirse que son los hombres los que sufren estos defectos, y las mujeres las que lo transmiten. Un 8 % de la población masculina sufre, en uno u otro grado, alteraciones de la visión cromática. En cambio, las mujeres las presentan sólo en la proporción del 4 : 1.000

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