La historia de la corrección de la vista no es tan moderna como pensamos. Si las gafas tienen aproximadamente 800 años, las lentes de contacto, surgieron bastante más tarde. Pero no mucho más; por lo menos la idea de partida.

Allá por el 1500, el genial Leonardo Da Vinci, en su manual “Codex – Del ojo” describió por primera vez el concepto de lente dentro del ojo y esbozó algunas ideas como un sistema óptico consistente en una semiesfera de vidrio llena de agua con un rostro sumergido en ésta. Da Vinci bocetó también unas lentillas semejantes a las actuales, así como la ampolla de cristal desde la que debían tallarse.

Unos 100 años más tarde, el filósofo e inventor René Descartes considera la colocación de una lente sobre el ojo: un tubo con una curvatura semejante a la de la córnea, que llenó con agua y en el que introdujo el ojo. Sin embargo, su diseño de gran tamaño no era práctico, porque el portador de la lente sería incapaz de parpadear cómodamente.

A comienzos del siglo XIX Thomas Young mejoró los diseños de Descartes creando un pequeño tubo de vidrio lleno de agua que contenía una pequeña lente en un extremo. Poco después John Hershel, astrónomo británico, sugirió moler una lente para que cubriera toda la superficie del ojo. Con esta novedad, el desarrollo y la historia de las lentes de contacto aumentó significativamente el ritmo y antes de 1888, ya se estaba probando como una manera de corregir la visión.

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