En la Antigua Grecia se llamó sofistas a los estudiantes y maestros de retórica que vivieron principalmente en Atenas durante los siglos V y IV a. C. Si bien los sofistas eran en su mayoría maestros y estudiantes, nunca constituyeron un conjunto uniforme, como si se hablara de una escuela, sino que cada uno de ellos predicaba y enseñaba a su manera y diferenciándose de los demás.

El origen del término sofista se remonta a los vocablos griegos sabiduría, y sabio, a juzgar por los textos antiguos que sobreviven como la Ilíada, en los que es común verlo asociado a conceptos como ingenio, talento o a diversas formas de inteligencia práctica en un sentido genérico.

Algunos de los principales sofistas de la tradición griega fueron: Protágoras de Abdera (485- 411 a. C.) fue un pensador, viajero y maestro griego de retórica. Se lo recuerda como un maestro itinerante, que viajaba por el país y cobrando elevadas tarifas por enseñar.

Gorgias de Leontinos (483-375 a. C.) fue discípulo de Empédocles y conocedor del pensamiento de Zenón de Elea y de Parménides. Gorgias fue otro de los grandes sofistas griegos, respetado como filósofo incluso por sus detractores.

Hipias de Élide (460- 400 a. C.). Fue uno de los sofistas de las primeras generaciones y un destacado geómetra, descubridor de la cuadratiz, con la que dio respuesta a problemas centrales de la geometría griega.

Jenófanes de Colofón (580- 466 a. C.) fue un poeta elegíaco y filósofo griego, perteneció a la escuela eleática.

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