El mundo de los insectos es fascinante y diverso, y la capacidad de volar es una adaptación que muchos de ellos han desarrollado para buscar alimento, reproducirse y escapar de los depredadores. Entre las opciones que nos presentas, el mosquito es el insecto que, sin lugar a dudas, vuela. Sus alas membranosas y delicadas le permiten desplazarse con agilidad y precisión, incluso en espacios reducidos.

Si bien es cierto que algunos escarabajos también pueden volar, utilizando sus élitros (alas anteriores endurecidas) para proteger sus alas membranosas posteriores, la capacidad de vuelo en los escarabajos es más variable y depende de la especie. Algunos escarabajos vuelan con frecuencia, mientras que otros lo hacen de manera ocasional o incluso han perdido la capacidad de volar por completo.

En el caso de las hormigas, no todas tienen la capacidad de volar. Solo ciertos individuos de la colonia, específicamente las reinas y los machos, desarrollan alas durante la etapa reproductiva. Estas hormigas aladas participan en un evento conocido como vuelo nupcial, en el cual abandonan la colonia para aparearse y formar nuevas colonias. Tras este proceso, las hormigas reinas pierden sus alas.

Las cucarachas, por otro lado, son insectos que tienen alas en su fase adulta, pero no todas las especies son voladoras activas. Algunas utilizan sus alas solo para planear distancias cortas o como herramienta defensiva para escapar de depredadores.

Más información: es.wikipedia.org