Max Weber (1864-1920) fue un sociólogo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.

A pesar de ser reconocido como uno de los padres de la sociología, junto con Auguste Comte y Émile Durkheim, Weber no se veía a sí mismo como sociólogo, sino como historiador.

A diferencia de Émile Durkheim, Weber no creía en las explicaciones monocausales, sino que proponía que para cualquier resultado puede haber múltiples causas. Como tal, fue un defensor clave del antipositivismo metodológico, defendiendo el estudio de la acción social a través de métodos interpretativos (en lugar de empíricos), basados en la comprensión del propósito y los significados que los individuos atribuyen a sus propias acciones.

La principal preocupación intelectual de Weber era comprender los procesos de racionalización, secularización y «desencanto», que consideraba el resultado de una nueva forma de pensar el mundo, asociando dichos procesos con el auge del capitalismo y la modernidad.

Sus trabajos más importantes se relacionan con la sociología de la religión y el gobierno, pero también escribió mucho en el campo de la economía. Su obra más reconocida es el ensayo «La ética protestante y el espíritu del capitalismo» (1905), que fue el inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión.

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