La libra francesa fue la moneda de Francia de 781 hasta 1795 (en que fue sustituida por el franco). Existían varias libras diferentes (libra tornesa, libra parisis), algunas simultáneamente. La libra era el nombre de unidades de cuenta y monetarias.

La libra fue creada en 781 por Carlomagno (por lo que se le conoce como "libra carolingia") como unidad de cuenta equivalente a una libra de plata (unos 409 gramos). Se subdividía en 20 sueldos, cada uno de 12 dineros; la libra valía pues 240 dineros. La palabra libra viene de la palabra latina del mismo nombre, una unidad romana de peso. Este sistema sirvió de modelo para muchas de las monedas europeas, incluyendo la libra esterlina, la lira italiana, el chelín (sueldo), el dinero español, el dinheiro portugués, o el penique.

Durante gran parte de la Edad Media, los diferentes ducados de Francia eran semi-autónomos si no prácticamente independientes de los reyes Capetos débiles, por lo que cada uno acuñaba su propia moneda. Había por tanto varias libras como la libra tornesa (es decir de Tours), la más corrientemente utilizada, o la libra parisis.

En 1776, la Caisse d'Escompte (Caja de Descuento) reintroduce el billete de banco que circulará hasta 1793 y será mantenido, un tiempo, al lado de los asignados de la Revolución francesa. En 1795, la República francesa instaura el franco sobre la base de una libra y 3 dineros.

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