¿Con qué se toca la Glassharmonika o armónica de cristal?
La Glassharmonika es uno de tantos ejemplos para crear nuevos instrumentos musicales y hallar nuevas sonoridades.
La fabricación de instrumentos aparece como un verdadero motor y una fuente de inspiración para los compositores. Es así como dos figuras de finales del siglo XVIII, Benjamín Franklin y Wolfgang Amadeus Mozart, demostraron un auténtico interés por este curioso instrumento.
La idea original de Franklin surge tras asistir a un concierto de copas de vino llenadas con agua celebrado en Cambridge e interpretado por el británico Edward Delaval.
El principio de la Glassharmonika es muy simple, es el mismo que el de los vasos que se llenan de agua y se hacen vibrar frotando el borde con el dedo húmedo.
El instrumento se presenta bajo la forma de un pequeño mueble dentro del cual hay unos discos de vidrio o de cristal insertados en un eje de metal que se pone en rotación mediante una correa accionada por un motor. El sonido lo producen los dedos que deben irse humedeciendo constantemente.
Goethe confesaba que lo turbaba el sonido cristalino de la Glassharmonika, que le hacía pensar en la “sangre del corazón del mundo”.
Debido al problema del plomo en los cristales que había antaño (produjo envenenamientos en los músicos), fue sustituida por flautas. Desde los años 80 del pasado siglo, se ha vuelto a utilizar en determinadas versiones de la célebre Escena de la locura de la ópera Lucia di Lammermoor, de Donizetti.
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