En el sur de Italia, las sucesivas oleadas de colonos griegos fundaron a partir de los siglos VIII y VII a.C. diversas ciudades como Rhegion ( Reggio de Calabria), Kyme ( Cumas, cerca de Nápoles), Metapontion ( Metaponto) o Taras ( Tatanto).

Con el tiempo, en estos centros se producirá un espectacular desarrollo económico, cultural y artístico con el que las colonias itálicas llegarán a igualar o incluso superar a las ciudades originarias de la madre patria.

Fueron tales las cuotas de desarrollo humano alcanzado en aquellas colonias que en la región acabó conociéndose como Magna Carta, Megàle Hellàs.

Se le denomina Magna Grecia a conjunto de colonias que fueron establecidas a lo largo de las costas del sur de la Península Itálica, además de la isla de Sicilia. Aquí, los griegos de las diversas polis fueron creando una serie de colonias, las cuales, en un principio, dependían en parte de las metrópolis griegas.

Con el paso de los años se fueron independizando debido a que pronto se enriquecerían y tendrían suficiente poder para poder llevar su propio futuro. No obstante, hemos de decir que el nombre de Magna Grecia vino dado por los romanos tiempo después para referirse al conjunto de ciudades que se situaban al sur de sus dominios y que tenían un idioma diferente al suyo.

Con el paso del tiempo, los romanos acabaron absorbiendo a las ciudades, en su mayor parte debido a su mayor potencia militar.

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