Enio era la diosa de la guerra, la contra parte femenina y compañera cercana del dios Ares. Sus padres fueron el dios Zeus y la diosa Hera.

Generalmente se la define como esposa de Ares, aunque también como su hermana melliza. Gobernó principalmente sobre la guerra. Sin embargo, ella era solo una pequeña diosa de la guerra ya que los principales dioses de la guerra eran Ares y Atenea. Usualmente viajaba con Ares a las guerras.

Fue la causante de la devastación y la destrucción de las ciudades, así como el derramamiento de sangre masiva. En la Ilíada, de Homero se la conocía como la destructora de las ciudades. Su deseo de derramamiento de sangre era insaciable, y después de todos los otros dioses se hubieran retirado del campo de batalla, ella seguía regocijándose por los estragos ocasionados.

Se la representaba como una guerrera que siempre estaba perfectamente armada, poseía dos lobos sagrados, los cuales tiraban de su carro. Era salvaje, disfrutaba el momento en el que la adrenalina corría por todo su cuerpo en el proceso de cada combate, gritando con furor de sintiéndose apoderada, comandando la batalla. Era violenta acabando con la vida de todos y cada uno que se interponía en su camino.

En las estatuas se la representaba como una mujer, fuerte y valerosa, generalmente con una actitud de lucha, o de combate. Incluso en algunos relieves aparece luchando, siempre ofreciendo ánimos y estimando el coraje en todos para la lucha.

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