La palabra «vergonzoso» se puede usar como adjetivo de dos maneras diferentes: refiriéndose a algo que causa vergüenza, o a quien se avergüenza con facilidad.

A su vez, el término «vergonzante» viene aclarado en el Diccionario panhispánico de dudas como algo que se oculta por vergüenza. Suele aplicarse al acto de pedir limosna de manera encubierta o disimulada.

Por tanto, «vergonzoso» y «vergonzante» no son sinónimos. Conviene no emplearlos indistintamente si se quiere construir un lenguaje preciso que no dé lugar a malinterpretaciones.

Por ejemplo, no es lo mismo decir «un voto vergonzoso» que «un voto vergonzante». En el primer caso, el voto produce vergüenza, sea sentida por el propio votante o por otra persona, por el acto de votar en sí o por la decisión que se tomó y que ya se conoce. El segundo caso se refiere a un voto que se quiere mantener en secreto, dando a entender que la persona que vota no se atreve a reconocer abiertamente su inclinación política.

Es habitual encontrar en medios de comunicación frases como «Otro partido vergonzante, otra derrota», «Vemos una de las catástrofes humanitarias más vergonzantes de nuestro tiempo» o «Fue sometido a todo tipo de vergonzantes vejaciones públicas». Todas esas frases están mal expresadas.

Respecto a las palabras «pudoroso» y «pudibundo», significan respectivamente «lleno de pudor» o «con mucho pudor o que lo finge», es decir, se refieren a una persona que muestra excesiva honestidad, modestia o recato.

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