Las potencias aliadas que derrotaron a la Alemania nazi dividieron el país al oeste de la línea Oder-Neisse en cuatro zonas de ocupación. Cada potencia tenía la autoridad de gobierno en la respectiva zona, pero pronto se hizo evidente la diferencia en la política y la gestión entre las zonas occidentales y la soviética.

En esta situación, los norteamericanos promovieron en abril de 1949 la creación de la República Federal Alemana, uniendo las tres zonas occidentales, a la que los soviéticos contrapusieron en octubre la República Democrática Alemana.

Como el país entero, también Berlín fue dividida en cuatro zonas de ocupación: francesa, británica, estadounidense y soviética. Por cuestiones administrativas, los tres sectores occidentales de la ciudad se unieron en una nueva entidad, Berlín Oeste, mientras que el sector oriental se llamó Berlín Este.

Durante la Guerra fría se consideraba a Berlín Occidental como parte de la RFA, pero políticamente estaba sometido a los acuerdos de Potsdam sobre partición y gobierno de los Aliados sobre Berlín, por lo que este territorio tenía un estatus especial.

En 1948 Stalin, con el famoso bloqueo de Berlín, cerró los accesos a la ciudad occidental, que se encontraba en el interior del territorio alemán bajo control soviético, en un intento de impedir los suministros.

No se alcanzó el objetivo, ya que los norteamericanos organizaron un puente aéreo que burló el bloqueo, por lo que los soviéticos acabaron renunciando a su plan.

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