Se denomina Plan Schlieffen a la propuesta, desde principios del siglo xx por el jefe del Estado Mayor del II Reich alemán, Alfred Graf von Schlieffen, para la invasión y la derrota de Francia, que fue el empleado en el momento del estallido de la Primera Guerra Mundial.

Una vez constatado que Francia no se declararía neutral, el Imperio alemán decidió atacar el país galo. El plan de ataque alemán contra los franceses se llamó Schlieffen, su autor, y estaba preparado desde 1905.

El plan partía de la premisa de una guerra rápida: atacar Francia a través de las fronteras con Bélgica, puesto que la franco-germana estaba fuertemente defendida, y ocupar los puertos del canal de Dunkerque hasta el Havre, bajar para sitiar París y conseguir la victoria en 42 días.

El objetivo de esta táctica era el de dejar frente a los rusos, aprovechando su lentitud de movimientos, y lanzar el grueso de las tropas sobre Francia, a través de Bélgica, para evitar las fortificaciones de la Lorena y entrar en Francia por Champaña. Una vez finiquitado ese frente, centrarse en los rusos en la zona oriental.

Este plan fue empleado en la Primera Guerra Mundial por el sobrino de Moltke y sucesor de Schlieffen al frente del Estado Mayor, Helmuth Johan von Moltke. Pero hizo varios cambios. En lugar de desplegar la mayoría de las fuerzas en el frente occidental, destinó bastantes tropas a la defensa rusa. Esto frenó la potencia del ataque alemán sobre los franceses e impidió que funcionase bien.

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