Todos los pulpos tienen ocho tentáculos flexibles. De acuerdo con Britannica, cada uno de ellos posee unas 300 ventosas divididas en dos filas, que tienen un gran poder de agarre.

La combinación de la flexibilidad de sus tentáculos y las ventosas permite a los pulpos tomar y examinar cualquier cosa y es una característica distintiva entre los animales marinos.

Así, estos moluscos utilizan sus tentáculos para diferentes funciones, como agarrar comida y llevársela a la boca, abrir conchas, atrapar animales escondidos entre corales o bajo rocas y realizar diversos tipos de movimientos.

Las ventosas de los tentáculos también tienen varios receptores sensoriales (especialmente en la punta) capaces de reconocer texturas y sabores. A través de ellos, el pulpo percibe el sabor de su entorno y de los objetos que encuentra.

Además, cuando se sienten amenazados expulsan un líquido oscuro que sale por el sifón, por encima de los tentáculos. Esta sustancia, producida por algunas especies de moluscos, puede paralizar los órganos sensoriales del posible atacante.

Se cree que los pulpos son los más inteligentes de todos los animales invertebrados, hasta el punto de ser admirados por su capacidad cognitiva, explica la Enciclopedia Britannica.

El pulpo común (Octopus vulgaris) tiene una cabeza ligeramente más pronunciada y dos ojos grandes. Otras especies presentan ciertas variaciones físicas, pero no cambian en relación con sus tentáculos.

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