Un país sin litoral, también conocido como sin salida al mar, es aquel que no posee costas propias que le permitan tener acceso directo a un océano o mar. A diferencia de los países costeros, que pueden aprovechar los beneficios del comercio marítimo y la explotación de los recursos marinos, los países sin litoral enfrentan desafíos geográficos y logísticos únicos.

La condición de país sin litoral puede tener implicaciones significativas para el desarrollo económico y social de una nación. Al no tener acceso directo al mar, estos países pueden enfrentar mayores costos de transporte para importar y exportar mercancías, lo que puede limitar su participación en el comercio internacional. Además, la falta de acceso a los recursos marinos puede restringir sus opciones para desarrollar actividades económicas como la pesca y el turismo costero.

En el año 2024 en el mundo hay 44 países que pueden ser considerados como tales. La mayor parte se encuentran en África y en Asia central, aunque también en Europa central hay un número importante de ellos.

En América, solo dos países se encuentran sin litoral que son los países sudamericanos de Bolivia y Paraguay, por lo que se considera que el continente americano es el que tiene menos países sin acceso al mar. Oceanía es un continente insular, libre de países sin litoral.

El país sin salida al mar más grande del mundo es Kazajistán, mientras que el país sin salida al mar más pequeño del mundo es la Ciudad del Vaticano.

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