Los telómeros son estructuras especializadas que se encuentran localizadas en los extremos de los cromosomas eucariontes. El ADN y las proteínas que los componen presentan características que los diferencian del resto de los cromosomas.

Están implicados en numerosas funciones celulares, especialmente las relacionadas con la mitosis, la estabilidad cromosómica y el control de la duración de la vida de diferentes estirpes celulares. Estas estructuras se replican durante el ciclo celular gracias a la acción de enzimas denominadas telomerasas que están formadas por proteínas y ARN.

Recientemente se ha estudiado el comportamiento de las telomerasas en las células cancerosas y sus posibles aplicaciones diagnósticas y terapéuticas.

Fueron identificados por H.J. Muller en la década de 1930. Desde entonces, se ha profundizado en el conocimiento de estas estructuras, gracias a la moderna tecnología de la Genética Molecular. Un resumen de los principales trabajos realizados en los primeros años de aplicación de estas técnicas fue publicado en 1984 por Blackburn y Szostack.

Los telómeros, en la mayoría de las especies animales y vegetales y en los los microorganismos, están constituidos por subunidades cortas de nucleótidos ricos en timina (T) y guanina (G).

Algunas teorías del envejecimiento y de la carcinogénesis se basan en que los telómeros son como los relojes o temporizadores de la célula, ya que marcan el número de divisiones celulares, hasta que la célula muere.

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