El calambur es un recurso fonético, basado en la homonimia, en la paronimia o en la polisemia. Consiste en modificar el significado de una palabra o frase agrupando de distinta forma sus sílabas.

Es un tipo de figura retórica basada en el equívoco y en el juego de palabras. En este sentido, se trata de un ejercicio retórico que busca el elemento ingenioso en la creación literaria. La idea principal de este recurso consiste en agrupar las sílabas de una palabra de un modo distinto al habitual con el fin de darle un sentido diferente.

Según la mayoría de los autores, el padre de este artificio lingüístico es Georges de Bièvre,​ quien al parecer comenzó a explotar la hilaridad que en la corte de Luis XVI provocaban los continuos equívocos protagonizados por el conde de Kalemburg, embajador de Westfalia, debido a su escaso dominio de la lengua francesa.

Otros estudios lo hacen proceder del francés calembour de calembourg, y este, de Kahlenberg, pueblo cuyo párroco hacia 1300 fue célebre por sus juegos de palabras.

En los versos atribuidos a Quevedo entre el clavel y la rosa, su majestad escoja el juego de palabras consiste en crear una confusión entre escoja y es coja con este famoso verso el poeta hacía referencia a la cojera de la reina Mariana de Austria, la esposa del rey español Felipe lV. Algo similar ocurre con otros versos de Quevedo, le salió a recibir como convino donde convino equivale a con vino.

Yo loco, loco, y ella loquita. / Yo lo coloco y ella lo quita.

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