El cornezuelo de centeno es el hongo Claviceps purpurea que crece sobre diversos granos y cereales. La muerte cundió durante siglos debido a la contaminación de los granos comestibles por este hongo parásito venenoso.

Una de las sustancias producidas por el hongo es la ergotamina, de la cual deriva el ácido lisérgico. Los efectos del envenenamiento pueden traducirse en alucinaciones, convulsiones y contracción arterial, que puede conducir a la necrosis de los tejidos y la aparición de gangrena, principalmente en las extremidades.

El ergotismo se documenta por primera vez en una tabla de arcilla asiria datada del año 600 a. C., que se refiere a esta enfermedad como la pústula nociva en la espiga del grano.

Es conocido el efecto que el cornezuelo de centeno provoca en las mujeres embarazadas que lo ingieren. Hace cerca de 500 años que los médicos lo empezaron a emplear como agente oxitócico.

En los primeros años del siglo pasado, quedaron establecidos los procesos de aislamiento e identificación química de los primeros principios activos de este hongo.

Las esporas del hongo son transportadas por viento o insectos hacia los ovarios del centeno joven. Posteriormente germinan y se forman unos filamentos conocidos como hifas.

A medida que penetran profundamente en el ovario del centeno se forma un tejido denso que poco a poco consume toda la sustancia del grano. Después se hace duro formando un cuerpo curvado de color morado que se conoce como sclerotium o cornezuelo.

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