Los juicios por brujería de Salem fueron una serie de audiencias locales, posteriormente seguidas por procesos judiciales formales, llevados a cabo por las autoridades con el objetivo de procesar y después, en caso de culpabilidad, castigar delitos de brujería en los condados de Essex, Suffolk, y Middlesex en la entonces colonia inglesa de Massachusetts (hoy el Estado de Massachusetts, EE.UU.), entre enero de 1692 y mayo de 1693.

Los juicios comenzaron con las acusaciones de Betty Parris, hija del Reverendo Samuel Parris, y su prima, Abigail Williams. Las primeras órdenes de arresto se firmaron el 29 de febrero de 1692 y tres mujeres fueron arrestadas: Tituba, Sarah Osborne y Sarah Good.

Para el final de 1693, más de ciento cincuenta personas fueron detenidas y encarceladas, solo con acusaciones. Sin embargo no llegaron a ser formalmente procesadas por el tribunal del condado. Un rasgo particular de estos juicios fue que las denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos surgieron entre un grupo de mujeres de la comunidad de Salem, pero nunca se realizaron procedimientos serios para obtener pruebas de tales prácticas, sino que casi todas las acusaciones se basaban en rumores. Los propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la comunidad de Salem, formada mayormente por puritanos, que exigía frenéticamente condenas a las presuntas brujas.

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