El gong es un instrumento de percusión originario de Asia Oriental y el Sudeste Asiático. Los gongs son discos metálicos planos y circulares que suelen golpearse con un mazo. Pueden ser grandes o pequeños y estar afinados o requerir afinación.

Se estima que fue inventado en el año 3.500 antes de Cristo en Oriente, siendo popular sobre todo en China. En sus orígenes, se creía que el sonido del gong permitía pacificar el espíritu y alejar a los demonios.

Al continente europeo llegó en el siglo XVIII. Se dice que el francés François-Joseph Gossec fue el primer compositor en incluir el gong en una orquesta sinfónica.

Lo habitual es que el gong se cuelgue de dos pilares. Aquel que desea tocar el gong debe golpearlo con una maza. Como el sonido se produce por la vibración de su cuerpo, el gong es un idiófono. No apela a columnas de aire, membranas ni cuerdas para sonar.

Según sus características, el gong puede producir sonidos indeterminados o determinados. Cuando el gong cuenta con una protuberancia en su centro, se debe golpear en ese punto (conocido como bulbo o pezón) para generar un sonido de una altura específica.

Es importante mencionar que el color del sonido del gong depende de sus materiales. Según la combinación elegida, sus prestaciones varían.

Muchas veces el gong es confundido con el tamtam, también conocido como tam-tam, tamtán, tantán o batintín. Al igual que el gong, el tamtam se suspende y se lo golpea con un macillo.

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