El yamur, en la arquitectura islámica, es el remate en que suele terminar el alminar (torre) de una mezquita, compuesto por una barra vertical metálica donde se insertaban unas bolas o manzanas, usualmente de bronce doradas y en tamaño decreciente de abajo arriba.

El número de bolas más habitual es de tres, aunque también existen de dos o cuatro y pueden ser de bronce, cobre o latón. El yamur sirve al mismo tiempo como elemento decorativo y como elemento para proteger a la mezquita.

Una leyenda dice que cuando son tres bolas, representan a los tres profetas más importantes del Islam: Mahoma, Moisés y Jesucristo o a los diferentes mundos en los que la divinidad islámica se da a conocer: terrestre, celestial y espiritual.

En España, muchos de los alminares medievales originales han pasado a ser reutilizados como campanarios de iglesias cristianas, y de la misma forma, los yamures han conservado su función ornamental sustituyéndose por la cruz cristiana y, a veces, una veleta.

En Andalucía, fueron muchos los alminares que se remataron con yamures, y entre los más significativos, en la hoy Giralda de Sevilla, con cuatro bolas o el de la mezquita Almanzora, conservado en el museo de la Alhambra de Granada, donde tiene tres esferas decrecientes separadas por dos iguales mucho más pequeñas.

En Castilla y León también se han conservado yamures reaprovechados como en la catedral de Palencia o la iglesia de Santo Domingo de Arévalo que ahora rematan con veleta y cruz.

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