Los cometas son los cuerpos celestes constituidos por hielo, polvo y rocas que orbitan alrededor del Sol. Los cometas, junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte del Sistema solar.

Cada cometa posee una pequeña parte congelada llamada núcleo, que, a menudo, no es más grande que unos pocos kilómetros. El núcleo contiene trozos de hielo y gases congelados con trozos de rocas y polvo incrustados. El núcleo puede tener un interior rocoso pequeño.

Un cometa se calienta a medida que se acerca al sol y desarrolla una atmósfera o coma. El calor del sol hace que el hielo del núcleo se convierta en gas para que la coma se agrande. La coma puede tener un diámetro de cientos de miles de kilómetros. La presión de la luz solar y las partículas solares de alta velocidad (viento solar) soplan los materiales de la coma lejos del sol, formando una cola larga y, a veces, brillante. En realidad, los cometas tienen dos colas: una de polvo y un plasma (gas ionizado).

Fue después del invento del telescopio cuando los astrónomos comenzaron a estudiar a los cometas con más detalle, advirtiendo entonces que la mayoría tienen apariciones periódicas. Edmund Halley fue el primero en darse cuenta de ello y pronosticó en 1705 la aparición del cometa Halley en 1758.

Ahora se sabe que los cometas son restos de los comienzos del sistema solar, hace alrededor de 4 600 millones de años, por lo que pueden brindar pistas importantes acerca de la formación del sistema solar.

Más información: www.nasa.gov