Dentro de el orden de los cetáceos y concretamente del de los cetaceos misticetos se encuentran las ballenas, las cuales conforman la familia de los balaénidos o de las ballenas barbadas. Estas están clasificados en tan solo cuatro especies divididas en dos géneros, Balaena y Eubalaena.

Estos animales pueden llegar a medir entre 25 y 32 metros y los ejemplares más grandes pueden llegar a pesar hasta 180 toneladas. De hecho, una de estas especies de balaenidos, la ballena azul, es el animal más grande del mundo en la actualidad.

A diferencia de los peces, las ballenas tienen la cola dispuesta en un plano horizontal, lo que les facilita la ascensión a la superficie, donde tienen que subir a respirar, aunque pueden aguantar hasta una hora bajo el agua, además, duermen la mitad de su cerebro para no hundirse.

Tienen dos espiráculos, orificios nasales, situados en la cima de la cabeza, por los que expulsan agua acompañada a menudo de mucosidades. El orificio es controlado por el animal, pudiéndose abrir y cerrar para contener la respiración bajo el agua. Cetáceos como el delfín tienen un espiráculo único y otros como el rorcual común tienen un espiráculo doble. Otras criaturas marinas tienen el espiráculo para conducir el agua hacia sus branquias (para después ser "exhalado" por las agallas), y generalmente lo tiene abierto siempre.

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