La cinofobia es un miedo incontrolable y enfermizo a los perros. Un miedo que paraliza y que provoca ataques de pánico para los que lo sufren. Representa el puesto nº 9 entre las fobias más frecuentes.

Desde pequeños cachorros a enormes pastores alemanes o san Bernardos, la fobia al mejor amigo del hombre puede ser resultado de haber sufrido un mordisco de un can o incluso haber visto cómo mordían a alguien, según un estudio del experto en psicología Brad Schmidt de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.).

Se sabe que hay distintas manifestaciones de la cinofobia, como lo es temerle a todos los perros sin importar su tamaño, color o raza; o por el contrario tener un miedo particular a perros de determinadas características. Esto depende de la situación que se haya presentado para generar el estado de trauma.

Las personas con fobia a los perros sienten ansiedad extrema cuando están cerca del animal o cuando piensan en encontrárselo. Los principales síntomas que experimentan son pánico y temor, latido acelerado del corazón, dificultad para respirar, temblores y una gran necesidad de huir o evitar el estímulo temido. Por tanto, la sintomatología no es diferente a la de cualquier fobia específica, pero los individuos con este tipo de fobia no sólo temen que un perro les dañe, sino que también tienen miedo de la respuesta de pánico que acompaña a un encuentro con estos animales.

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