La rótula, también llamada​ patela o patella, es el hueso que se encuentra por delante de la articulación de la rodilla, engastado en el tendón del cuádriceps.

La rótula es aplanada y mide unos cinco centímetros. Su forma es la de un triángulo redondeado, quedando lo que sería su vértice apuntando hacia abajo. De este vértice parte el ligamento rotuliano, que continúa al tendón del cuádriceps. A su vez, el borde superior (lo que sería la base del triángulo) y la cara anterior reciben las fibras del tendón del cuádriceps.

Por el otro lado, en la cara posterior, la superficie de la rótula se articula con el hueso fémur y, por debajo, tiene una zona rugosa que facilita el asentamiento de tejido adiposo, necesario para amortiguar golpes sin afectar a la correcta articulación del conjunto, también con la tibia y el peroné.

La rótula se considera el hueso sesamoideo más grande del cuerpo humano. Estos huesos pequeños y redondeados son los que se incrustan a presión en los tendones de las articulaciones, facilitando el deslizamiento de estos cuando aumenta la tensión.

La rótula no es exclusiva de los seres humanos. Se encuentra en las extremidades de todos los mamíferos, aunque algunos marsupiales solo tienen una rótula rudimentaria, sin osificar. Las aves también cuentan con rótulas (incluso rótulas dobles, como en el caso del avestruz); pero otros animales, como los reptiles o los anfibios, no presentan rótulas: unen sus músculos superiores directamente con la tibia.

Más información: es.wikipedia.org