Seguro que alguna vez has cerrado con fuerza los ojos o te has frotado los párpados, y al abrirlos has visto una especie de centelleos y puntos de luz. Es lo que se conoce como «fosfenos oculares» («fotopsia» en el argot médico) y se debe a la presión que ejercemos sobre la retina, que activa los fotorreceptores, generando esa sensación de destellos luminosos.

Sin embargo, los fosfenos también pueden aparecer de forma recurrente debido a otras causas con explicación médica. Una posible explicación la encontramos en las migrañas con aura, que son aquellas en las que al dolor de cabeza habitual se unen en primer término otros síntomas. En este caso hablaríamos de un aura visual, que provoca que el paciente empiece a percibir destellos luminosos en su campo de visión, antes incluso de experimentar el dolor de cabeza.

También se ha relacionado la aparición de fosfenos con la ingesta de determinadas drogas como el LSD, y de un medicamento antifúngico como el voriconazol. En casos más excepcionales, los centelleos también pueden deberse a inflamaciones en el nervio óptico, a la aparición de enfermedades neurológicas como el infarto cerebral, y a síntomas de un tumor maligno de muy baja frecuencia como el melanoma uveal.

Los fosfenos oculares también pueden encontrar su origen en trastornos como el desprendimiento de retina o por la tracción que el humor vítreo –una sustancia transparente y gelatinosa– ejerce sobre la retina.

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