Rusia goza de una larga tradición en la composición de piezas musicales infantiles. Muestra de ello son las obras de: P. Chaikovsky, «Álbum para la juventud» (24 piezas para piano, 1877); M. Moussorgsky, «La habitación de los niños» (siete canciones infantiles, compuestas el año 1873); S. Prokófiev, «Pedro y el lobo» (cuento sinfónico, 1936); entre muchas otras.

«Pedro y el lobo» tiene una trama diferente a la de la reconocida fábula atribuida a Esopo. En 1935, Natalya Sats y el teatro central infantil de Moscú encargaron a Prokófiev una nueva sinfonía musical para niños. Se intentaba cultivar el gusto musical en los niños desde los primeros años de escuela.

Mientras un narrador cuenta la historia, la orquesta destaca los personajes con temas musicales utilizando cuatro familias de instrumentos específicos: cuerdas, vientos de madera, metales y percusión. Prokófiev logró relacionar cada personaje de la historia con el sonido más adecuado de algunos de los instrumentos de la orquesta.

Serguéi Prokófiev (1891-1953) fue un compositor, pianista y director de orquesta soviético. Como creador de obras maestras reconocidas en numerosos géneros musicales, es considerado uno de los principales compositores del siglo XX.

Sus obras incluyen piezas tan escuchadas como la marcha de «El amor de las tres naranjas», la suite «El teniente Kijé», el ballet «Romeo y Julieta», de donde se toma la «Danza de los caballeros», y «Pedro y el lobo».

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