El cortejo es un conjunto de comportamientos en los que un animal, normalmente un macho, intenta atraer a una pareja.

En el caso de las aves, lo primero que hacen durante la época reproductora es buscar un territorio, una zona en la que la mayoría no permitirá intrusos de su misma especie. Una vez definido el dominio del sitio, comienza el cortejo.

Muchos machos simplemente se exhiben ante las hembras, como es el caso de los pavos, avutardas, pavos reales y faisanes. Otras especies, en cambio, realizan cantos, vuelos o danzas solo del macho, o también de hembra y macho. Por ejemplo, los somormujos moñudos efectúan movimientos rituales en el agua, con un poco de hierba en el pico.

La preparación más compleja parece ser la de unos pájaros australianos a los que llaman de glorieta. Estos despejan un terreno, generalmente en el claro de un bosque; en el centro arman una especie de casa con ramitas y pajas, que pintan con una mezcla hecha con tierra y ceniza, amasada y extendida con un poco de algodón o liquen que hace de pincel. El resto del terreno lo adornan con objetos de colores y brillantes; pueden ser caracoles, flores u objetos de plástico, si están cerca de un centro urbano.

A veces se forma una pareja que permanece unida toda la vida; otras, una pareja estacional, y a veces un harén con varias hembras. Sin embargo, la mayoría de las aves son monógamas y crían en parejas. Entre estas están casi todas las aves marinas y rapaces.

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