Los ángulos son figuras geométricas que se forman a partir de dos semirrectas que se originan en un mismo vértice, o de dos rectas que están en una misma superficie y se cortan entre sí. De acuerdo a sus características, podemos diferenciar entre numerosos tipos de ángulos. Una de las formas más habituales de calificar a los ángulos es según su amplitud.

En este marco nos encontramos con los ángulos obtusos: se trata de ángulos que miden más de 90º y menos de 180º. Por ejemplo: ángulos de 92º, de 105º, de 136º, de 161º y de 179º. Los ángulos obtusos se pueden encontrar, por ejemplo, en los triángulos obtusángulos ya que se caracterizan precisamente por tener uno de sus ángulos obtuso, o sea, mayor a 90 grados y menor a 180 grados.

Es importante saber que, en muchas ocasiones, suelen confundirse los ángulos obtusos con los llamados ángulos reflejos. Estos tienen la particularidad de que pueden medir lo mismo que los anteriormente citados, pero se diferencian en que los reflejos se forman en lo que es la parte exterior de la forma.

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