¿Cómo se descubrió la sacarina, uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos?
La sacarina fue producida por primera vez en 1879, por Constantin Fahlberg, un químico ruso que trabajaba con derivados del alquitrán de hulla en el laboratorio de Ira Remsen en la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos.
Fahlberg notó un sabor dulce en su mano una noche, y lo conectó con el compuesto o-Sulfimida benzoica en el que había estado trabajando ese día. Fahlberg y Remsen publicaron artículos sobre la sustancia en 1879 y 1880.
En 1884, trabajando entonces por su cuenta en la ciudad de Nueva York, Fahlberg solicitó patentes en varios países, describiendo los métodos de producción de esta sustancia a la que llamó sacarina. Dos años más tarde, comenzó la producción en una fábrica en un suburbio de Magdeburgo en Alemania.
Fahlberg pronto se haría rico, mientras que Remsen se enojó enormemente con su colega, creyendo que merecía el crédito por las sustancias producidas en su laboratorio. Al respecto, Remsen comentó, "Fahlberg es un sinvergüenza. Me da náuseas escuchar mi nombre en la misma frase que el suyo".
Aunque la sacarina se comercializó poco después de su descubrimiento, su uso no fue generalizado hasta la escasez de azúcar durante la Primera Guerra Mundial. Su popularidad aumentó aún más durante las décadas de 1960 y 1970 entre las personas que hacían dieta, ya que la sacarina es un edulcorante sin calorías.
En la actualidad, la sacarina es algo controvertida. Algunos estudios han señalado que puede ser perjudicial para la salud.
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