A lo largo de la historia y desde la irrupción del ser humano, en cualquier lugar del mundo se han ido diseñando distintas formas de combate cuerpo a cuerpo. Su finalidad era preparar a los soldados para no perder su capacidad agresora en situaciones bélicas donde hubiesen quedado desarmados.

La glima es un estilo de lucha de contacto, o más concretamente, de agarre. En nórdico antiguo, la palabra glima significa "destello". Esto hace referencia a la rapidez de las técnicas de lucha, que requieren de reflejos.

Los principios de la glima son los siguientes:

- Los luchadores deben permanecer erguidos en todo momento.

- Los luchadores deben caminar en el sentido de las agujas del reloj alrededor del contrario. De este modo se previene la pasividad y se generan oportunidades para atacar.

- No está permitido caer sobre el oponente o empujarlo hacia abajo con fuerza bruta.

Hay un código de honor conocido como Drengskapur para tratar con respeto y equidad al rival.

La glima hunde sus raíces en el siglo IX, encontrándose pruebas de la misma en poesías nórdicas de dicha época, aunque con referencias vagas e inexactas. Sin embargo, no es hasta el siglo XII cuando se empiezan a encontrar referencias más concretas como las halladas en el conocido manuscrito Edda Prosaica.

También han sido halladas en algunas sagas islandesas del mismo período indicios más claros de este tipo de lucha, así como de sus primeras normas y reglamentos.

Más información: es.wikipedia.org